Marcela Montoya
El movimiento constructivista solo puede
concebirse inscrito en una época y circunstancias determinadas,
y acompañado por otros movimientos de la vanguardia de principios
de siglo.
El suprematismo fue la primera expresión
revolucionaria del arte en contra de los cánones tradicionales.
Afirmaba la validez de la sensibilidad en si misma .
“El arte ya no quiere seguir al servicio
de la religión y del estado, no quiere saber nada del objeto como
tal, y cree poder afirmarse sin la “cosa” (y por lo tanto sin la fuente
válida y experimentada de la vida)
sino en si mismo y por si mismo”.
El principal exponente de esta corriente
es Casimir Malevich con su obra del cuadro negro sobre fondo blanco.
Luego vino la Revolución de Octubre
que revindicó el poder social sobre la burguesía e influyó
altamente en la producción artística orientándola
al proletariado.
El constructivismo se muestra entonces
con una de las más importantes obras de la revolución, el
monumento a la Tercera Internacional diseñado por Bladimir Tatlin
“El monumento moderno debe reflejar la vida social de la ciudad; más
aun, la propia ciudad debe vivir en él. Solo el ritmo de las
metrópolis, de las fábricas y de las máquinas, solo
la organización de las masas puede impulsar el nuevo arte; por eso
las obras plásticas de la revolución deben brotar del espíritu
del constructivismo”.
Después de la revolución,
en los años 20, se considera el arte abstracto desarrollado por
cubistas, suprematistas, etc, como parte del pasado y se proclaman consignas
como “Abajo el arte, viva la técnica”, “El arte colectivo del presente
es la vida constructivista”.
El constructivismo se expresa arquitectónicamente
por medio de importantes exponentes como El Lisistski y Melnikov.
La industria, la técnica y el socialismo
marcan todos los campos de la vida del momento.
El urbanismo desarrollado por el constructivismo
es muy poco, pero sus conceptos también giran en torno a la vida
del proletariado y el rechazo por lo tradicional.
Se planea la extinción de las ciudades
existentes conformadas por un centro histórico en torno al cual
gira la vida, y se piensan ciudades lineales conformadas por sistemas,
con grandes centros industriales y agrícolas conectados y dotados
de todos los servicios comunales en torno a casas colectivas hasta de 500
habitantes. La idea de fusionar campo y ciudad hace pensar la ciudad como
sistemas conectados a través de la región.
Lo más importante del constructivismo
es la capacidad de extraer del momento de crisis, una producción
de ideas visionarias basadas en la nueva técnica, los nuevos materiales
y la vida y la ciudad como obras de arte totales pertenecientes al proletariado,
a la sociedad productiva de la época.
“ Todos los añadidos que la calle
de la gran ciudad proporciona a la construcción: rótulos,
anuncios, relojes, altavoces, hasta los ascensores del interior, están
incluidos en la composición como puntos de igual importancia y han
sido unificados, esta es la estética del constructivismo”.
BIBLIOGRAFÍA:
De Micheli, Mario. LAS VANGUARDIAS ARTÍSTICAS DEL SIGLO XX.
Quilici, Vieri. CIUDAD RUSA Y CIUDAD SOVIÉTICA.
De Feo, Vittorio. LA ARQUITECTURA EN LA
U.R.S.S. 1917-1936.