Las escuelas de artes y oficios en Weimar
habían sido cerradas a causa de la guerra. Los profesores de estas
no querían que la ciudad se quedara sin la enseñanza
de las artes, por lo que le sugirieron al estado reabrir la escuela nuevamente,
pero bajo la dirección de Walter Gropius, quien le daría
un nuevo enfoque a la enseñanza de las artes. Finalmente Gropius
aceptó la dirección de la escuela y en 1919 se creó
la Bauhaus Estatal de Weimar, la cual no pretendía ser solamente
la unión de una academia y una escuela de artes industriales; su
intención real se basaba en la formación de los estudiantes
a través de la “construcción” y que esta a su vez se convirtiera
en una actividad social, intelectual y simbólica.
En poco tiempo la escuela reunió
a un excelente grupo de profesores y todos ellos veían en la Bauhaus
la oportunidad de contribuir con su enseñanza a que el arte volviera
a formar parte de la vida cotidiana.
Los talleres eran la columna vertebral
de la escuela y Gropius siempre quiso integrar al programa un taller de
arquitectura bajo los objetivos de “un nuevo arte constructivo” y “la gran
construcción”, pero siempre chocó contra obstáculos
burocráticos. Luego en 1920 se creo una sección de arquitectura
bajo la dirección de Adolf Meyer, pero el trabajo en esta sección
quedo nuevamente estancado en la temprana Bauhaus.
Gropius quería una escuela radical,
mas no política. Una y otra vez interpelaba el consejo de maestros
a los estudiantes a que no participasen en política. Sin embargo
su rechazo no impidió que fuera atacada con medios políticos.
El expresionismo se daba cada vez mas
por muerto y la Bauhaus buscaba también una nueva orientación.
El impulso decisivo para la superación de la Bauhaus expresionista
vino del artista holandés Theo Van Doesburg, uno de los fundadores
de De Stijl, corriente en la cual se rompe con el “predominio de
el individuo” y se encuentran “soluciones colectivas”. Mas tarde y luego
de que se incorporara Doesburg a la Bauhaus Gropius proclamaba “Arte y
técnica, una nueva unidad”.
En 1923 la enseñanza de la forma
se convirtió en parte fundamental de la enseñanza. Así
como se aceptaban las formas y colores básicos como punto de partida
para el diseño, los alumnos se cuestionaban la función. “Hay
que producir la forma adecuada al uso, no estilo ni artesanía industrial”.
Todo este desarrollo de forma y función se lee claramente en el
programa de la Bauhaus de 1923-1924 en los artículos que se producen:
Acentuada utilización de los materiales, la transparencia de la
función en cada componente y una forma estética basada en
la armonía de cuerpos básicos simples. Una muestra de esto
es el juego de ajedrez diseñado en la escuela, en el cual las figuras
reflejaban en su forma la clase de movimientos que les correspondía;
las figuras consistían en cuerpos geométricos simples, cuya
combinación de forma y tamaño simbolizaban su movimiento
en el juego.
En 1923 se da la exposición de
la Bauhaus en la que la exhibición de la casa Horn muestra el programa
de la escuela. Muchas de las cosas que se dan por sobreentendidas hoy,
fueron en ese entonces auténticas primicias: la cocina y el comedor
estaban comunicados, apenas habían pasillos, el baño era
de fácil acceso desde el dormitorio principal, etc.
El 31 de Marzo de 1925 se logró
el cierrre de la Bauhaus en Weimar gracias a las presiones políticas
de los partidos conservadores de derecha, quienes argumentaban para su
cierre que la escuela tenia tendencias comunistas y bolcheviques. Nuevamente
la Bauhaus fue abierta en la ciudad de Dessau, en donde el edificio se
convirtió en todo un acontecimiento para una ciudad que se encontraba
casi en ruinas. En el nuevo plan de estudios para la escuela se revalorizaba
la arquitectura frente a las demás disciplinas; esta formación
arquitectónica se dio bajo la dirección de Hannes Meyer.
Entre enero y febrero de 1928 Gropius
dio a conocer su dimisión de la Bauhaus y se sugirió a Hannnes
Meyer como su sustituto. Meyer aceptó y dirigió la escuela
hacia el “funcionalismo, colectivismo, constructivismo”. Meyer logró
aumentar los ingresos de la escuela aumentando el número de alumnos
y la producción en los talleres. En sus clases de arquitectura Meyer
decía que: “Edificar es un proceso elemental que tiene como base
la existencia humana, para así lograr el “vivir”. La meta era el
bienestar popular. Durante su dirección Meyer estableció
criterios sociales y científicos, decisivos en el proceso creador.
La adopción del ideario cooperativista, la estandarización,
equilibrio armónico entre individuo y sociedad, etc. Muchos de estos
criterios fueron politizadas por los estudiantes comunistas que supieron
alzarce como grupo dirigente de la opinión interna. Mucho de esto
causó que dentro de seno de la bauhaus Meyer encontrara oposición
y se lograra su despido.
Mies Van der Rohe fue el sucesor en el
cargo de Meyer. La reacción de los estudiantes no se hizo esperar,
pero Mies entro con mano dura y expulsó a todos aquellos que le
brindaban oposición. Mies era la persona adecuada para recuperar
lo que en la dirección de Meyer se había ido perdiendo poco
a poco: Autoridad. A partir de el ingreso de Mies la Bauhaus se convertiría
en una “verdadera escuela de arquitectura”, con el rigor de el diseño
y el dibujo, rigor que seria impartido por Mies a sus alumnos a través
de los talleres. Luego de varias expulsiones, de renovar todos los estatutos
de la escuela, incluso de cerrarla y volverla a abrir para que los estudiantes
solicitaran nuevamente su ingreso, Mies debilita al grupo de estudiantes
izquierdistas y para 1932 solo quedaban dos o tres, que tenían que
actuar en el anonimato.
En las clases de arquitectura los
alumnos en primer nivel recibían conocimientos técnicos fundamentales.
En segundo nivel tenían clases de arquitectura y urbanística
con Ludwing Hilbersaimer y solo recibían clases con Mies en los
niveles superiores. Por presiones políticas nuevamente la Bauhaus
fue cerrada y se trasladó a Berlín donde se convirtió
en escuela privada. Aun así continuo la persecución política
y por medio de trampas se encontró en el establecimiento propaganda
comunista que logró su cierre definitivo. Para lograr abrirla nuevamente
la gestapo ponía condiciones y que se demostrara la
simpatía por parte de la escuela hacia el partido. Se decidió
no aceptar las condiciones y finalmente se cerro la Bauhaus en julio
de 1933.